El dolor no pasa
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Por Fransheska Sánchez
Sucesos llenos de angustias y desesperación, una realidad que hasta el día de hoy se puede presenciar.
A inicios del año 2020, se desencadenó una terrible pandemia, que acabó con una gran cantidad de personas; dejando a muchas familias destrozadas por la pérdida tan repentina de su ser amado, situación que aún sigue ocurriendo en la actualidad.
Los días pasaban y era peor porque los casos de personas contagiadas aumentaban, pues este virus se adueñó de todo, los medios de comunicación, quienes trasmitían en vivo desde las afueras de los hospitales, mostraban lo que estaba sucediendo, por una pantalla se podía sentir el sufrimiento que cientos de familias pasaban, imágenes capaces de causar conmoción a los televidentes, haciendo pensar que era algo irreal.
Entre lamentos y gritos que se desprenden desde el alma, donde su único consuelo es un abrazo, pero en ocasiones les toca afrontarlos solos, una situación donde la fe se apoderaba de las personas, y es que es algo imposible de olvidar, ya que permanecerá en la memoria de todos a los que de una u otra manera esta enfermedad los afectó. Las familias que les tocan estar a las afueras de un hospital, son las que diariamente viven una pesadilla, ellos han presenciado los hospitales colapsados por la cantidad de personas que llegan sin poder respirar, donde se forman largas filas para poder ser atendidos.
Los médicos, son quienes cumplen un papel muy importante en la lucha contra el covid19, ellos dan todo su esfuerzo para salvar las vidas de las personas que llegan al hospital, inclusos comenzaron a contagiarse, y lamentablemente algunos perdieron la vida cumpliendo con su labor.
Mientras preparaba su café, Isabella Cedeño (26), quien realiza la rural en el hospital Natalia Huerta de Nemes, perteneciente al Cantón Rocafuerte, cuenta que, “Es frustrante y mentalmente desgastante, sobre todo al principio que se sabía poco del manejo de la enfermedad y los pacientes morían a las pocas horas de ingresar porque no había respiradores y en hospitales más grandes no había cupo, o muchas veces se les conseguía cupo y fallecían en el camino, eso también era desesperante”, comenta mientras terminaba de revolver su bebida.
Con una mirada cansada y grandes ojeras que se reflejaban a través de sus lentes, siguió hablando sobre todo lo que está viviendo, para ella hay historias que la han marcado no solo como una profesional en la salud, sino también como una chica que le pide a Dios todos los días por la salud de su familia, “lo que más me marcó era ver abuelitos que eran ingresados y al poco tiempo se ingresaba a los hijos o nietos, ellos sobrevivían pero los abuelitos no, y hasta ahora se sigue repitiendo la historia”, el silencio se apoderó de ella, hizo una pausa y procedió a tomar un sorbo de café mientras se preparaba para ingresar a trabajar.
Aunque ya haya pasado más de un año desde que se originó la pandemia, las historias aún siguen sucediendo día tras día, familias que tienen ingresados a más de tres integrantes de su nucleó, se encuentran desoladas, pasando noches frías, tratando de dormir encima de unos cartones, e incluso se desesperan cada que ven gritar a otro grupo de personas porque los médicos le han informado que su ser querido ha fallecido.
En lo que se recogía el cabello, Martha Briones (48) comenzaba a trasladarse hacia los recuerdos más dolorosos por los que tuvo que pasar, “Mi padre es mi amor más grande y verlo en esa situación me dolía la vida, ya han pasado casi tres meses y aún no logro entender como sucedió, lo cuidábamos tanto, mientras él lucha en el hospital por seguir viviendo, mi mamá desde la casa también se está recuperando”, expresa mientras se seca las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Después de que ella logrará tranquilizarse un poco, procedió con la otra parte de su historia, “Junto a mis hermanos pasamos una gran angustia, todos los días nos pedían medicamentos, muchas veces lo que solían decir era que se les perdían, pasamos días sin comer, durmiendo solos en un cartón, tuvimos que dejar a nuestros hijos con nuestros esposos para poder asistir a mi padre, lo que más nos conmocionaba era ver llegar ambulancias y atrás de ellas los carros de las funerarias, comenta con una mirada perdida y triste.
Diana Briones (38), quien se dirigía a darle un vaso con agua a su hermana, abrió también su corazón y siguió contando lo sucedido, “A mi padre lo ingresamos un viernes por la noche, él iba caminando tan contento, aún no se sabía que estaba contagiado, pasaron los días y los médicos no nos daban esperanzas, me duele en el alma saber que martes por la mañana me iba del hospital , pero la única diferencia es que lo retiré en un ataúd, añadió mientras le da la mano en forma de consuelo a su pariente.
Briones también cuenta con lágrimas en los ojos que, “Fueron los peores días de mi vida, a mi aún no me cabe en la cabeza como en cuatro días este virus se apoderó de mi viejito, lo injusto de todo es que no murió de cáncer, ya que padecía de eso, justo al cumplirse un año de pandemia él fallece, mientras buscaba consuelo de su hermana, terminaba de contar lo que tuvo que vivir.
Aquí se enfrenta la otra cara de la moneda por así decirlo, porque existen personas que, si han logrado ganar la batalla a este virus, una de ella a quien la vida le dio otra oportunidad, Mercedes Pita (80), ciudadana del Cantón Junín, quien junto a sus hijos vivió una angustia terrible, decidió dar a conocer su historia.
Sentada junto a sus hijos, comenzó a contar su experiencia, “Caí un día sábado, no podía más, llegué a una clínica con la saturación en 90, mis hijos me lloraban porque los médicos no les daban buenas noticias, a mi edad las cosas se complican más comparada a la de un adolescente, estuve en tratamiento, con oxígeno y gracias a Dios estoy contando lo vivido”.
Así como ellas, existen muchas personas que tienen una historia diferente, pero siguen firmes ante la vida, luchando cada día con su dolor, y con las consecuencias que el covid19 les dejó.
No es nada fácil hablar sobre lo que esto está causando, pues al observar, se puede sentir un dolor acompañado de miradas perdidas, en busca de un consuelo o simplemente personas que desean que esto no hubiera ocurrido.
El covid19, es una enfermedad que ataca y puede llegar a dañar los pulmones, el corazón y el cerebro, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud a largo plazo. La mayor parte de la gente que tiene la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) se recupera completamente en unas semanas, pero hay unas que no logran sobrevivir.
Es una enfermedad que afecta en todos los ámbitos sociales, empezando por la economía, personas han quedado sin trabajo y lamentablemente muchos de ellos, tienen a un familiar grave en la sala de un hospital, otros que ni bien se recuperan del dolor causado por la pérdida de un familiar, donde se vuelve a repetir la misma historia, cada vez más fuerte que la otra.
El covid-19 es un huracán que se mueve muy lentamente activa los dominios de enfermedad y una de las grandes lecciones que nos deja, es que hay que cuidarse, de nada sirve que tus familiares lo hagan, si tu vas a seguir viviendo la vida loca, hoy son ellos, mañana puede ser uno de los tuyos, y en ese momento vas a lamentar por todo lo que pudiste evitar.
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