Mar de dudas

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Por Melina Burgos

El pasado 2 de julio el Presidente Guillermo Lasso por intermedio de la Ministra de Educación dispuso el reinicio de un plan de retorno a clases, tanto en escuelas, colegios y universidades, se hace necesario ratificar que todavía la sociedad se encuentra en tiempos de pandemia, donde la incertidumbre y la angustia siguen latentes en el día a día de muchas familias.

Este tema del retorno a clases ha golpeado a muchas personas, pero en especial a los padres de familia y docentes. Ante esto, se ha generado una controversia entre aquellos que, están totalmente de acuerdo con el regreso de las clases presenciales, y otros que precisan lo contrario.

Madres de familia como María Palma, reitera no estar de acuerdo con las clases presenciales, ‘’ tengo temor a que se contagie mi hijo de siete años, puesto que en las instituciones existen demasiados estudiantes por curso y eso implicaría mucho riesgo para los niños’’, exclamó Palma desesperadamente. Además, sugiere que, regresen las clases presenciales cuando ya todos se encuentren vacunados.

Palma se mostró con los pelos de punta, al escuchar esta sorpresiva noticia de retornar al estudio presencial, pero terca como una mula, sostiene el no aceptar aquella decisión tomada por el Presidente de la república.

Recursos insuficientes

Con nudo en la garganta, llenos de tristezas, inquietud e intranquilidad, es así como se muestran las familias más vulnerables del país al momento de recibir de manera repentina esta noticia.

Por ello, el gobierno decretó radicalmente que el retorno a clases será de manera opcional, y no obligatorio, por los jóvenes de escasos recursos que no cuentan con los materiales necesarios.

‘’Es una lástima que no todos los estudiantes estén en las condiciones correctas y suficientes para el regreso a clases, tanto en estado anímico como en su poco aprendizaje virtual a lo largo de la pandemia’’, señaló tristemente la licenciada madre de familia Elisa Núñez.  

Entre preocupaciones y enojo, Núñez confiesa que, el ser docente y al mismo tiempo madre de familia, ha sido un gran reto y una lucha constante el tener que enseñarles virtualmente a sus estudiantes, y además a su hijo de diez años, ya que no aprenden como debe de ser, porque al final del día todo el trabajo de las tareas no es más que para los mismos padres.

Cambios y discordias

Si bien es cierto, va a ser muy tedioso adaptarse a lo de antes, pero toca buscar estrategias de aprendizaje para acoplarse con los que regresen, que no serán todos porque muchos han tenido pérdidas irremediables de familiares o amigos, quiere decir, que todos vuelven como nuevos, personas totalmente renovadas y cambiadas en todo sentido, unos con nuevas metas u objetivos, otros tal vez hechos pedazos con el corazón y el alma rota, por eso ser amable es primordial.

El regreso a clases presencial se tenía que dar en cualquier momento, porque nadie aprecia recibir una clase a través de una pantalla en donde no se pueda palpar cada detalle. Se comprobó que el aprendizaje es más significativo y fructífero presencialmente, por eso ya queda en cada estudiante y docente empezar el estudio, con todas las medidas de bioseguridad sin exponer el contagio ante los demás.

Para muchos, es difícil el hecho de tener que retornar a clases, sobre todo para aquellos estudiantes que no están en una buena situación, debido a las afectaciones del covid-19, en cierta parte, son dichosos los docentes que ya fueron vacunados, mientras que los jóvenes y niños aún no. Por ello, en un mar de lágrimas se encontraba Magaly Ramírez, madre de familia de una estudiante de primaria, cubierta en llanto enfatiza que hay niños tan vulnerables a esta enfermedad, que pueden contagiarse y contagiar a sus allegados.

Ramírez, muerta de rabia protesta en redes sociales, su disgusto desacuerdo hacia el retorno a clases presenciales, ‘’en las escuelas el contagio sería masivo y mi hijo saldría afectado, puesto que es complicado manejar las medidas de bioseguridad con todos los niños dentro del plantel, porque ellos por sí solos no lo harán, no todos tienen la suficiente responsabilidad sanitaria’’, asegura la madre de familia con angustia en su rostro.

Luz al final del túnel

Tras las negativas reacciones respecto al regreso presencial, cabe destacar, que también existe un ambiente de positivismo y de algarabía entre los ciudadanos, muchos ya esperaban la llegada de ese día, otros todavía se encuentran ansiosos con las emociones a mil por el retorno a la normalidad.

La ganga de volver a estudiar físicamente es que, las clases serían más didácticas, con más vida, más euforia, llenas de compañerismo, y sobre todo con lo más esencial que es la práctica, por medio de lo presencial se pueden intercambiar conocimientos entre el docente y el alumno.

Personas sensatas como lo son los docentes, destacan su enorme agradecimiento hacia las autoridades del gobierno por considerar ese retorno gradual de clases, ya que muchos de ellos tenían la necesidad de volver a enseñar como siempre lo han hecho.

Ante esto, Fabian Cantos docente de secundaria muy conmocionado recomienda, no olvidarse en ningún momento que la pandemia no ha terminado, porque eso conllevaría a nuevos contagios, hay que seguir cuidándose, aplicando todas las medidas de bioseguridad ya que es responsabilidad de todos, es decir, no bajar la guardia ante el covid-19.

Según Cantos, es inevitable que los estudiantes no se contagien en algún momento, más si son jóvenes. ‘’Deben de hacer aforos de veinte estudiantes por curso, ya que eso ayudaría a crear confianza en los padres de familia, para que manden a sus hijos a estudiar en los planteles educativos’’, considera el docente con una sonrisa de oreja a oreja.

Alternativas vigentes

El aprendizaje para los estudiantes sería más productivo presencial, porque se comprobó que la modalidad virtual no rindió los frutos esperados en el aprendizaje de los niños y jóvenes, ha quedado mucho vacío del año pasado. Además, la ansiedad de aquellos bajaría, ya que el encierro a todos le ha perjudicado y ocasionado uno u otro daño a la salud en general.

‘’Al mal tiempo, buena cara’’, así es como Fernanda Molina estudiante universitaria define esta situación actual. Toda fría como el hielo, enfatiza la disconformidad que siempre tuvo con las clases virtuales, puesto que no entendía ni un pepino y eso la llevó a vivir momentos duros en su vida, actualmente se encuentra muy tranquila, a raíz del noticioso hecho del retorno a clases.  

‘’Tantas veces me sentí muerta en vida, sintiendo como la ansiedad y depresión invadían mi cuerpo, pero eso llegó a una recta final’’, reveló la estudiante mientras se tocaba la cara.

De esto modo, Molina destaca que es importante hacer énfasis en cuan valioso es el estudio presencial, se tiene claro que no todos cuentan con los recursos necesarios por la economía y la salud, sobre todo, pero tal vez si cada estudiante pone su granito de arena, habría un avance en su enseñanza.

Feliz como una lombriz se encuentra Odalis Bravo docente de primaria, admite que el volver a su jornada de antes ha sido en cierta manera difícil de creer. ‘’Era lo que muchos añoraban y anhelaban en el fondo de sus corazones, sin embargo, las personas se quejan de absolutamente todo, en pocas palabras, no hay tusa que les calce’’, acotó la gentil docente.

Entonces, actualmente a esta sociedad la llaman, ‘’la generación de cristal’’. Por eso, Bravo aconseja ser más empáticos ahora en este nuevo retorno de clases presenciales, también espera y aspira que el plan de vacunación se lleve a cabo con más rapidez, para que el regreso presencial sea ya para todos los estudiantes y docentes.   

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