A TRAVÉS DE UNA PANTALLA
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Por: Génesis Marín
Antes de comenzar el año a nivel nacional se percibió una pandemia (covid-19) que ocasionó tristeza, desesperación y preocupación en las distintas personas, a causa de esta fuerte enfermedad, para muchos alejarse de sus seres queridos ha sido un duro golpe al corazón.
El pensar que no tienen a sus familiares cerca ante una dura tragedia se les parte el corazón, como si se tratara de un cristal que cae al suelo y se hace mil pedazos, el vivir aislado de sus seres queridos ha llevado a muchos a entrar en desesperación y depresión por el motivo de no saber nada de ellos.
El comunicarse a través de plataforma digitales ha sido una de las tantas estrategias que ha llevado a las personas a tener contactos y poder sentir que están cerca de sus seres queridos, comunicándose a través de videollamadas y ver a sus familiares por medio de una pantalla, así como una luz que se ve al final del túnel, hace que sus corazones se llenen de una alegría inexplicable.
La familia es la compañía precisa que todo ser humano debería tener, al momento de definir a sus seres queridos lo hacen con un sentimiento de tristeza y angustia por el miedo que sienten de que algo les pueda pasar a la larga distancia en que se encuentran.
“Unida y una de las mejores”, es como define Gilbert Mero a su familia, mientras las emociones que deslumbran de sus ojos brillan como dos luceros, al hablar de sus seres que son sangre de su sangre, “tener parientes enfermos a causa de covid- 19 nos llevó como familia a estar más unidos y eso nos ayudó a que los parientes contagiados de coronavirus lo hayan superado con éxito”, puntualizó.
Mientas se encontraba sentada en un mueble rojo como los pétalos de una rosa, Cristina Bravo con una mirada de tristeza, resaltó “el no ver diariamente a mis padres como estaba acostumbrada, me llenó de una angustia enorme, no saber si se encontraban bien de salud o si necesitaban algo”.
“El estar preocupada por mi familia me llevó aún cambio repentino, sentirme cada día estresada al estar encerrada y no ver lo que estaba pasado me llenaba de preocupación y miedo al pesar en no volver a ver a mi familia nunca más”, puntualizó Cristina, mientras su voz se volvía más aguda.
El estrés, la preocupación y el desespero son unas de las tantas emociones que van carcomiendo las mentes de las personas durante esta pandemia, el sentirse aislados de sus seres queridos y amigos, los llevó a entrar en depresión, como si se tratara de una flor encerrada a punto de marchitar.
“Ver a mi hermana vivir esta pandemia lejos de mí, en un lugar donde los casos de contagios eran numerosos y no estar a su lado para poder ayudarle si necesitaba algo me llena de pena”, precisó Ana Cerezo, mientras que se le formó un nudo en la garganta y sus ojos se empezaban a humedecer.
Por otro lado, para Aurora Bermello, el estar aislado de sus seres queridos le ha llevado a vivir duros momentos de nostalgia, angustia y miedo, que es el asesino de la mente, al pensar que sus familiares que se encuentran lejos estén pasando por dificultades o necesidades.
El covid-19 a pesar de que es una pandemia que trajo bajo el brazo una cantidad innumerable de personas que cayeron en sus garras y otras que perdieron la batallas ante este virus, también fue uno de los motivos de que los seres humanos se volvieran más unidas con sus familiares y amigos, aunque no estuvieran cerca, el verlos a través de pantallas hace que sus emociones salieran a flote.
“Por el tema que muchos conocen sobre el barco Charo, donde la mayoría de sus tripulaciones fueron diagnosticados con covid-19 cerca de la isla Tahití, mi hermano era uno de los tripulantes contagiados, el no saber nada de él y de su salud nos desesperaba”, precisó Gilbert Mero, mientras mostraba un rostro afligido.
Aquellos días donde las familias reunidas en sus portales se hacían ver y sus risas se escuchaban como melodía del cantar de los pájaros, era emocionante el saber que se vivía en un lugar donde la única tranquilidad era estar cerca de nuestros seres más allegados y ahora ver la metamorfosis de la sociedad, en donde por temor de ser una presa fácil del covid-19, que es como un felino sigiloso, llevó a la ciudadanía a estar distanciada.
Mientras sus manos se juntaban con nervios y en su mirada se perciba tristeza, Aurora Bermello puntualizó, “mi miedo más grande es saber que me falta alguien de mi familia o enterarme sobre una terrible noticia, el saber que no estoy cerca de ellos para poder ayudarles si se encuentran enfermos me llena de tristeza”.
“Ante esta pandemia sufrí de depresión por motivo de todas las cosas que pasaban en el país, ver la situación en que nos encontrábamos y observa lo que sucedía en Guayaquil me hacían acordar de mis familiares que está residiendo en ese lugar”, resaltó Sandy Granoble.
Es importante destacar que el ser humano por naturaleza es un ser sociable, por ende, necesita estar cerca de otras personas y convivir, ante esta pandemia se produjo alejamiento de las personas con sus seres queridos a causa del coronavirus, donde hubo muchas emociones, pero a pesar de lo lejos que estaban, la conexión los unió y ese lazo familiar se hizo más fuerte.

Para Ana Cerezo el estar lejos de su hermana le ha llevado a aprender a manejar ciertas plataformas digitales como zoom o teams, que les ayude a tener contacto con sus parientes que se encuentran viviendo a larga distancias, para saber sobre su estado de salud y en la situación en que se encuentran.
“Es desesperante el no saber de la salud y el estado de mis padres, al enterarme que mi madre se encontraba enferma por motivo del coronavirus y no estar presente para cuidarla me llenaba de frustración”, precisó Cristina Bravo, mientras sus manos ajustaban sus lentes. Para Ana Cerezo el estar lejos de su hermana le ha llevado a aprender a manejar ciertas plataformas digitales como zoom o teams, que les ayude a tener contacto con sus parientes que se encuentran viviendo a larga distancias, para saber sobre su estado de salud y en la situación en que se encuentran.
Para algunas personas la falta de herramientas tecnológicas ha hecho que la comunicación con sus familiares se vuelva más complejas, el no saber de sus seres queridos aumentaba sus preocupaciones que cada vez se volvían más inquieta, como si se tratara de un niño a quien no le compran un juguete.

domicilio.
“El no tener cerca a mi familia a diario me llena de nostalgia, dado que, no contamos con esa compañía, nos sentimos aturdidos y preocupados al no saber nada de ellos y que estén lejos ante una pandemia”, puntualizó Aurora Bermello, mientras que en su mirada reflejaba un poco de nerviosismo.
La familia para todos es estar unidos, pero en este tiempo de pandemia la palabra “unión” tomó más fuerza, dado que, todas las familias se volvieron cada vez más allegadas a pensar de la distancia en que se encontraban.
Sandy Granoble, quien reside desde hace 3 años en Jaramijó y sus familiares se encuentran viviendo en Guayaquil, puntualizó “es preocúpate tener a los familiares lejos y saber que les puedan pasar algo, sobre todo donde están viviendo, lugar donde la pandemia tubo más complejidad desde el principio”.
“Lo que más extraño de mi familia en especial de mi hermana es los momentos que pasábamos juntas y ahora el saber que se encuentra lejos durante esta pandemia me llena de tristeza al no tenerla a mi lado para recordar ciertos tiempos o para cuidarla si llega a estar enferma”, precisó Ana Cerezo, mientras miraba con seguridad a su alrededor.
Para los adultos mayores el estar lejos de sus hijos y nietos se volvió un duro golpe, el no verlos diariamente llegar a sus casas en horas de visita como estaban acostumbrados hacerlos los llenaban de preocupaciones y tristeza hasta llegar al punto de enfermase si saber que lo hacían por su bienestar.
“No ver a mi hijo y nietos me llenaba de preocupación y de miedo al pesar que no podría verlos por última vez reunidos en la sala mi casa”, puntualizó Ángela Macías, mientras que con sus arrugas que hacía ver sus años vividos y su mirada tan delicada mostraba una ternura inexplicable.

Un duro golpe
Por otra parte, para Ángela el estar lejos de su familia la llena tanto de preocupaciones que la llevo hasta el punto de enfermarse y ver los casos de contagios que pasaban por medios de comunicación, hacia aumentar sus miedos, como si se tratara de una película de terror.
El dolor más grande que sufrió es enterarse que uno de sus hijos que se encontraba en Santa Elena era positivo de covid-19, “fue un duro golpe al enterarme de que uno de mi hijo tenía coronavirus y yo sin poder hacer nada, me sentía frustrada al saber lo imposible que era el estar cerca de él como toda madre y solo podía verlo por medio de internet”, precisó Macías, mientras que sus ojos derramaban algunas lágrimas por sus mejillas.
Sin besos y abrazos de sus familiares es como se tendrían que acostumbrar las persona para poder estar a salvo de una triste pandemia que azota a nuestro país, una nación que sólo tendría que sonreír a través de una mascarilla.
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