MANDADOS Y RUEDAS
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Por: Dayanna Salazar
En Manta existen 5 empresas inscritas dentro del servicio de Delivery.
Dos grandes globos, un desayuno personalizado y un feliz cumpleaños, eran parte de una decoración que movilizaba en una caja térmica en la parte trasera de una moto Ángelo Macías, un delivery de la ciudad.
Él forma parte de los 25 motorizados que conforman la empresa de moto-mandados M&M Delivery que se formó como una estrategia económica durante el confinamiento obligatorio en marzo del año pasado.
“Los problemas son constantes, trabajar legalmente se ha convertido en un verdadero reto, hay mucha informalidad”, admitió con un rostro de lamento Fernando Jibaja, dueño y propietario de la empresa, explicando el organigrama bien establecido, credenciales y papeles en regla que tuvo que gestionar para que sus operadores tengan una movilidad libre y segura.
Sin embargo, esta movilidad no siempre es sin inconvenientes, al existir una alta demanda de pedidos, también existen motorizados ilegales que dañan el mercado, desvalorizando el trabajo de las empresas que están legalmente inscritas. A esta conclusión llegan también los motorizados.
“Tengo un año laborando en M&M, cuando eran confinamientos obligatorios me paraban casi todos esos días, pero no me decomisaban nada ya que tenía mis credenciales y estaba registrado, sin embargo, tenía compañeros que sí fueron sancionados por transportar licor”, aseveró Ángelo Macías, el motorizado con más tiempo en la empresa, mientras trataba de acomodar unos regalos en su mochila térmica de transporte.
Legalidad. –
Para el economista Juan Carlos Sánchez, esta actividad no está regulada en su totalidad lo que causa un grave problema económico. “Cualquier persona que tenga moto y que esté desempleada se encarga de hacer esto, lo mismo funciona con las carreras en autos particulares”, ratificó, durante una entrevista que se mantuvo vía Zoom, como protocolo de bioseguridad ante la emergencia sanitaria.
En la Constitución de Ecuador, el trabajo de deliverys no está regulado ni existen articulados que se relacione con aquello. El Ministerio de Trabajo, permite la relación de dependencia, es decir servicios prestados sin la necesidad de firmar un contrato, con forma de pago según comisiones, lo que se convierte en otro problema para los que se dedican a esta labor.
La mayoría de motorizados de M&M son de nacionalidad venezolana y lo hacen por la necesidad económica, al existir un contrato y el pago es según el volumen de venta en cada usuario, una alternativa para generar más ingresos es hacer los encargos fuera de la empresa con su propia clientela, sin marcar en la central de la empresa, lo detalló preciso y conciso Melvis Pineda, motorizado de la empresa, con un rostro de desilusión al no poder ejercer su profesión de docente parvulario como lo hacía en Venezuela.
El Municipio de Manta, trata de regular esta actividad, la dependencia que corresponde esta competencia es el departamento de Turismo, al ser un servicio que maneja alimentos y bebidas, su principal el Ing. Isidro Rodríguez, ha mantenido reuniones con las demás empresas, pero solo puede capacitarlos, la última charla fue sobre protocolos alimenticios impartido el 23 de mayo por el ARCSA (Agencia de Regulación y Control Alimenticio).
Ética. –
“El servicio me parece bueno, accesible, cómodo y sobre todo cumplen con el protocolo”, aclaró sin titubeos con una mirada perdida en el infinito Caroline Moreira, una usuaria del servicio, que regularmente usa a los moto-mandados para hacer sus compras familiares ya que ella por seguridad prefiere salir lo menos posible como escudo de seguridad.
Para Fernando, estos halagos no pasan de eso, aclarando que el mayor inconveniente a más de la ilegalidad por parte de moto-mandados indocumentados, es la falta de ética y compromiso de sus empleados al no reportar en la central. Esto genera pérdidas y es algo que no se puede controlar así se cuente con una APP, sitio web o centralista.
“Me ha tocado despedir a muchos chicos, aquí vienen por necesidad, más no por el compromiso de hacer las cosas bien, cuando ven dinero agarran su clientela y no la reportan, allí también se daña el mercado”, lamentó con una voz de indignación Fernando, por la deshonestidad laboral que le ha tocado vivir, aclarando que él da y brinda a toda nacionalidad la oportunidad.
El Economista Juan Carlos Sánchez, también sostiene la postura de Fernando, sin ética por parte de los motorizados el mercado también se devalúa y aquello es un mal que no se puede controlar, ya que la venta se concreta directamente con el motorizado por lo que este hace una lista de contactos y no deje huellas.
Este problema es latente no solo en esta empresa que sostiene el Economista, sino que también se da en todo tipo de moto-mandados ya que no se puede controlar esta problemática, así existan las centralistas, por aquella razón, es que el mercado se fragmenta de forma negativa.
“Tenía servicio de Globo, uno de los usuarios me solicitó mi número y empezaba a mandarme publicidades y que pactara con él. El problema era cuando sucedía alguna anomalía, él no podía responder, pero si lo hacía con la empresa sí, desde allí cambié”, asevera Caroline Moreira.
Ángelo Macías es consciente de este problema y también está expuesto a aquello, pero sabe que no es duradero y que los mercados se dañan. Melvis Pineda también considera que aquello es una práctica egoísta y que se da mucho por parte de sus compatriotas, rechazando estos actos que denigran su labor y nacionalidad lo que causa un sesgo al momento de contratarlos.
“El trabajo sigue y no hay que tirar la toalla, la gente necesita moto-mandados, aún hay vacíos legales, no tenemos una ley clara, la informalidad es alta y la deshonestidad también, pero se debe luchar para mitigar todas estas malas prácticas que hacen quebrar el mercado”, aseveró Fernando Jibaja, mientras el teléfono de la central solicitaba un almuerzo ejecutivo en la calle 13.
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