Una aguja de esperanza
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Por Giancarlo Bonifas
El 2020 el Ecuador vivió momentos de ansiedad por los aumentos de los casos del coronavirus, en tiempos de cuarentena las personas estuvieron muy nerviosos como los blancos filamentos del diente de león, tras meses de desesperación viendo las noticias, con mucho anhelo llegaron las dosis de las vacunas para el COVID-19.
Partiendo para su trabajo el médico-militar, aproximadamente a las siete y media de la mañana, Luis Ricardo Bonifas, con una gran felicidad como ganarse la lotería, le indicaron un día para que se vacune en un centro de salud, es jefe de la clínica Fae Taura, igualmente indica a su personal para que acudan a vacunarse.
A las siete y quince de la mañana, las aves volando, prepara su uniforme, las botas relucientes, Bonifas describe que, la inmunización es una forma más segura como la protección de una madre es eficaz de prevenir enfermedades y salvar vidas.
Según los científicos las vacunas son una herramienta que nos puede proteger mejor cuando descubrimos un virus, por lo que siempre utilizamos medidas de protección para prevenir la infección.
Con una gran felicidad el 5 de mayo, alrededor a las ocho y 15 de la mañana María Loanny Palma Delgado con su uniforme de trabajo, con su estetoscopio, se dirigió a su lugar de labores con una sonrisa que dejaba ciega a las personas, le informaron que tenía que acudir a vacunarse el día que estaba organizado.
“La razón primordial fue por seguridad en mayor porcentaje de no adquirir el virus y si fuese el caso de contagiarme que sea menos agresivo el cuadro clínico y evitar complicaciones”, aclara Maira Palma
Del mismo modo, Ricardo Bonifas, con una mirada profunda, puntualiza que, la decisión por la que el entrevistado se vacunó, de la forma que, es medicó y como miembro de primera línea es indispensable precautelar la salud.
A las nueve de la mañana, María Zambrano, reconoce que, tuvo la oportunidad de vacunarse puesto que trabaja en un centro médico, igualmente, agrega que la salud hay que cuidar como un jardín.
Las personas con una angustia de luego de meses de espera e incertidumbre, la vacuna COVID-19 ha llegado al país y ha comenzado a observar el comportamiento del consumidor ante las distintas elecciones de marcas. La preferencia por una determinada marca ya sea positiva o negativa, evoluciona con el tiempo, teniendo en cuenta la relevancia y expectativas de los usuarios.
“En realidad no tenía preferencia por una determinada marca de vacuna ya que considero que todas tienen el mismo propósito”, resalta Ricardo Bonifas
A las nueve de la mañana, con su taza de café en sus manos, María Zambrano, reconoce que, tuvo la oportunidad de vacunarse puesto que trabaja en un centro médico, igualmente, agrega que la salud hay que cuidar como un jardín.
Luego de meses de espera e incertidumbre, la vacuna COVID-19 ha llegado al país y ha comenzado a observar el comportamiento del consumidor ante las distintas elecciones de marcas. Ante esto, la preferencia por una determinada marca ya sea positiva o negativa, evoluciona con el tiempo, teniendo en cuenta la relevancia y expectativas de los usuarios.
“En realidad no tenía preferencia por una determinada marca de vacuna ya que considero que todas tienen el mismo propósito”, asegura Bonifas.
A las ocho y quince de la mañana, sus ojos iluminaban como el sol, Mariana Magdalena Mainato Cercado, partía todas las tardes después de su trabajo, se acercaba a un punto de vacunación, con una mirada feliz como un manantial de alegría, por el motivo de la agilidad del proceso de vacunación.
“Cuando me fui al centro de vacunación más cercano desde mi domicilio no hubo problema en el proceso”, reconoce Mariana Mainato.
Ante esto, con una mirada de tristeza como una oscuridad sin luz, Mainato describe que, un familiar tuvo un inconveniente sobre el agendamiento “aguantó muchas horas parado para vacunarse”, es una situación “indignante”.
Con mucha tranquilidad, cepillando su cabello, Ricardo Bonifas, asevera que, el proceso de vacunación “fue relativamente rápida”, los minutos que se esperó fueron de 40 minutos, además, añadió que su tiempo es oro por su horario de trabajo.
“Por estar dentro del grupo del sector salud considero que no hubo demora”, resalta Maira Palma.
Un sol que resplandecía a la ciudad de Guayaquil, las personas yendo a su lugar de trabajo, Ricardo Bonifas, ratifica que, pueden ocurrir efectos secundarios leves después de la vacunación con la vacuna COVID-19, estos efectos pueden afectar la capacidad para realizar las actividades diarias, con mayor frecuencia fiebre, dolor leve o enrojecimiento de la piel
Después de aplicarse la vacuna, tomando un vaso de agua, una mirada que pueden derribar muros, María Zambrano, describe que, sintió un “cosquilleo” en el brazo, sin embargo, se percató que tenía enrojecimiento de la piel, se acercó al hospital más cercano de su hogar, el doctor la examinó, le indicó es necesario ponerse la protección solar.
“Luego de la aplicación de la vacuna, tuve leves síntomas como dolor en el sitio de la aplicación de la vacuna, pero leve, un poco de dolor en las piernas y un poco de mareo”, describe Maira Palma.
Antes que nada, los expertos aclaran que al estar inmunizado no significa que las medidas de protección no tengan que aplicarse continuamente. Las vacunas no actúan como un escudo que nos impida infectarnos, son herramientas que ayudarán a protegerse mejor en caso de una infección por virus.
“No hay la certeza de que ya sea efectiva la vacuna además existe mucha gente que no se quiere vacunar”, asegura Mainato.
Una sonrisa que brillaba como la luna, Ricardo Bonifas, puntualiza que de vacunarse sigue con todas las medidas de seguridad, “todos los en el trabajo continúo usando mascarilla y respeto el distanciamiento social ya que las vacunas no impiden los contagios.»
La vacunación contra COVID-19 es importante, evitará que se infecte las personas con el virus y, si se infecta, impedirá que se enferme gravemente o desarrolle complicaciones.
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