SANGUINARIO

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Por: Yeira Meza

Los sangrientos amotinamientos que se han venido suscitando en el transcurso del 2021 en las cárceles de Guayaquil y Latacunga, generan la muerte de 79 internos y un alto número de heridos.

Estos sucesos de violencia que se han presentado en los centros penitenciarios, son la causa de la incapacidad que tienen las autoridades para mantener la calma y evitar los disturbios que se presentan entre los PPL.

El Gobierno describe los enfrentamientos como la “acción concertada de organizaciones criminales”, plasmando un poder que adquieren los grupos delictivos cuando se genera una revuelta en el centro de rehabilitación.

La Ministra del gobierno (Interior), Alexandra Vela, manifestó que solo en el Penal de Latacunga, murieron 14 reos, y otros 46 resultaron heridos entre internos y uniformados, donde hubieron alrededor de 78 PPL que se dieron a la fuga, pero gracias a la ardua labor de las autoridades pudieron ser recapturados.

Evidencia de esta violencia, un hecho atroz se presentó, en el mismo Centro de Rehabilitación Social, una agente de policía fue ultrajada y violada por un reo que lideraba el pabellón de máxima seguridad.

Ante lo anterior las autoridades reconocieron el déficit que existe en estos centros, porque no cuentan con la infraestructura y seguridad necesaria para mantener el control adecuado, los internos al poseer armas elaboradas de forma artesanal y otras de alto alcance como rifles, metralletas adecuadas de municiones, teléfonos celulares, que son utilizados para cometer delitos y generar caos.

El ingreso de estos artefactos se debe a actos de corrupción que cometen las mismas autoridades periten el ingreso de estos.

La seguridad debe ser una prioridad, porque ellos no solo son PPL, son hijos, padres, esposos, seres humanos que necesitan de la seguridad para evitar elevar la tasa de muertos dentro de las cárceles de Ecuador.