Juguete de la muerte

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Por: Maribel Holguín

Las calles son testigo de los múltiples accidentes de tránsito que ocurren dejando a centenares de familias hundidas en el dolor; por lo tanto, el desarrollo de las nuevas tecnologías tiene ventajas y desventajas en la vida de la ciudadanía teniendo acceso a nuevos y mejores elementos mejorando su calidad de vida, tal es el caso de las motos eléctricas, que son una manera económica de transportarse de un lugar a otro, como si fuera el más animoso y rápido corcel.

Una moto eléctrica no usa material fósil para su funcionamiento, sino baterías de litio,  plomo o níquel, siendo las baterías de litio más convenientes puesto que se recargan con rapidez y su rendimiento varía entre 1000 y 2000 ciclos completos de carga.

Estos caballos galopantes heroicos en toda su estructura no prenden fuego, porque tienen un sistema moderno de energías sostenibles, sin hacer ruido ni emisión de gases, la pachamama está rebozando de felicidad infinita.

Las motos eléctricas tienen una buena acogida, ya que alza de precio de combustibles ha alcanzado niveles escalofriantes en los últimos tiempos, y la gente prefiere tener este tipo de alternativas en beneficio de la economía familiar.

Amelia Sabando una joven mujer de 20 años, de piel morena y contextura delgada utiliza la moto eléctrica para transportarse a diferentes lugares de la ciudad.

“Todas las mañanas me persigno y le doy gracias Dios por un nuevo día, me levanto, desconecto el cable que alimenta mi moto, me pongo el casco y recorro las calles de mi ciudad natal hasta llegar a mi trabajo como mesera. Posteriormente al finalizar mi día laboral ando despacio hasta llegar a mi casa, porque, aunque parezca inofensiva mi moto tengo conciencia que no puedo andar como loca por ahí, tengo una familia que me espera en casa”, describió Sabando mientras los destellos de felicidad embargan su rostro.

La razón principal por la que algunas personas utilizan estas máquinas es porque no consumen gasolina para movilizarse de un lugar a otro, son conectadas desde la batería hasta cualquier tomacorriente de la casa o lugar de trabajo.

El arreglo de las baterías en algunos talleres aún está en pañales en la ciudad de Manta, “se averió la batería de mi moto y acudí a varios talleres, no encontraba quien me pueda ayudar, fue muy difícil”, acotó Sabando mientras cabizbaja recordaba aquel panorama desalentador.

Amelia Sabando apasionada de las motos eléctricas

Los municipios son los encargados de que estos aparatos eléctricos transiten libremente por las diferentes arterias de la ciudad; sin embargo, existe un vacío legal en las leyes de tránsito, que no permite que sean reguladas en la ciudad de Manta a diferencias de otras del Ecuador.

Andrés García de 34 años, se desempeña como capacitador del área de conducción de la escuela de formación y capacitación de la empresa pública EP ULEAM.

“Para que estos vehículos transiten se debe regular en la ley el libre circulamiento, además debemos recalcar que estos vehículos pueden ocasionar la muerte debido a la falta de desconocimiento al usarla”, afirmó García con el ceño fruncido mientras movía sus manos.

Otra historia es la que cuenta Victoria Toala de 25 años, una vendedora de motos eléctricas del almacén “Marcimex”, quien destacó que las motos y las bicicletas eléctricas son el vehículo del futuro.

“Con estos vehículos lo que se busca es que las nuevas generaciones vivan en un ambiente más natural con menos contaminación, creo yo que en tiempos de pandemia hubo bastante auge que restauró a capa de ozono”, recalcó Toala mostrando satisfacción en su rostro mientras enlazaba sus manos.

Los ciudadanos que más utilizan este tipo de vehículo amigable con el medio ambiente son los niños y jóvenes, en un rango de edad entre diez y dieciocho años. La llegada de estos medios de transporte ha robado una sonrisa a los ciudadanos que hacen uso de ellos; por ello Jefferson Zambrano de 32 años, agente de tránsito de la urbe aclara que las motos eléctricas no contaminan el medio ambiente, pero que en la localidad los usuarios no tienen licencia para circular como en otras ciudades.

“La velocidad está estimada entre 25 a 50 kilómetros por hora, de acuerdo a la ley 149 a nivel nacional todo vehículo que circule por la vía publica el usuario debe portar un casco de seguridad, rodilleras, coderas y un seguro que lo respalde de cualquier accidente de tránsito”, reiteró Zambrano con la parada firme y con la mirada fijamente mientras dialogaba.

Con  voz entrecortada y  los ojos llenos de lágrimas Gabriela Moreira de 18 años, narró el trágico accidente que vivió hace cinco meses en la ciudad de Manta, mientras se dirigía a comprar víveres a un conocido centro comercial cuando fue impactada por un vehículo.

“Sentí que el alma se me desprendió del cuerpo, mientras una señora me tocaba mi cara, pero estaba inconsciente del fuerte golpe que me di en la cabeza, además me rompí la pelvis sin poder caminar durante tres meses y hasta ahora me encuentro en terapia, por lo que recomiendo a aquellas personas que utilicen este tipo de transporte que lo hagan con calma y no apresurados porque podrían perder la vida”, lamentó Moreira con la mirada triste mientras tocaba su cabello.

Hay un sinnúmero de historias como el infinito mar donde las personas han sido víctimas o testigo de accidentes a causa de estos vehículos, siendo un total problema para la sociedad. Elías Vera de 55 años, taxista que recorre todas las vías de la ciudad puntualizó que las personas que más utilizan este tipo de transporte eléctrico son jóvenes y que no tienen conocimiento de las señales de tránsito; por lo tanto, en varias ocasiones ha sido testigo de varios siniestros en la vía a causa de la imprudencia de muchos ciudadanos.

“En una ocasión mientras iba con un pasajero, una moto eléctrica que era conducida por un joven me rebasó y en todo el semáforo un carro lo mandó patas arriba, pero afortunadamente no lo mató dejándolo con leves heridas en la vía”, atestiguó Vera virando la boca hacia el lado izquierdo como muestra de indignación.

Evidentemente las motos y bicicletas eléctricas son amigables con el medio ambiente, sin embargo, han sido las causales de muchos accidentes de tránsito que en algunas ocasiones han terminado en muerte. Mientras que en otros casos han dejado secuelas muy graves a las víctimas y familiares de estos hechos, por ello las autoridades recomiendan a aquellos que hagan uso de estos vehículos lo hagan con las debidas precauciones y no como niños de primaria porque estar en un hospital y acostado en una cama se convierte en un total infierno.

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