Sin gota de esperanza
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Por: Cristian Gallardo Pacheco
Ecuador se alista para conocer a su futuro mandatario este próximo 7 de febrero de 2021 generando con ello se ha generado un sinnúmero de dudas e inquietudes entre los ciudadanos de este país quienes, hasta la actualidad (en su gran mayoría), aún no deciden a cuál de los candidatos presidenciables confiarles su voto.
Con bombos y platillos se anunciaba el tan ansiado “debate presidencial”, que como ya es costumbre tiene cabida siempre que existe una contienda electoral para conocer las propuestas de los candidatos a la presidencia de la República y a su vez mostrar su capacidad para debatir acerca de temas que preocupan a la ciudadanía en general.
Caía la noche del sábado 9 de enero de 2021, día establecido para que se realice el debate, miles de ecuatorianos estaban a la expectativa de lo que sería el inicio de uno de los eventos más importantes que se emite rumbo a las elecciones presidenciales.
Vestidos de traje y con barra propia, se podía apreciar cómo uno a uno los candidatos a la presidencia se iban dando cita al Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana ubicado en Quito, lugar sede de esta contienda.
Durante la transmisión en vivo que se daba en las plataformas digitales del medio que organizaba esta disputa, se observaba cómo a medida que iban llegando los invitados, un agente policial con voz de mando indicaba a cada uno de los asistentes las normativas que debían seguirse con total rigurosidad; además, se seguían los protocolos de bioseguridad para así precautelar la salud de los asistentes. Cabe destacar que solo ingresaban contadas personas a la sala y que la disputa se llevaría a cabo casi sin público.
La espera se hacía eterna, pero todos estos pasos debían cumplirse estrictamente.
Las manecillas del reloj continuaban su camino y cerca de las 20h00 una guapa mujer de mirada oscura como la madera del nogal y cabello negro como la noche, daba inicio a este evento tan esperado, con un imponente todo de voz saluda y da bienvenida a los presentes y espectadores para luego cederle el turno a su compañero quien era el encargado de explicar a los televidentes cuáles eran los puntos que los candidatos iban a exponer en esta noche, luego ambos dieron a conocer la temática del debate a los postulantes y procedieron a dar a conocer el perfil de cada uno de estos.
El primer candidato en intervenir fue Isidro Romero Carbo, presidenciable de “Avanza” lista 8, el cual agradeció por la invitación que el medio de comunicación le había extendido, no sin antes lanzar su primer “petardo” en contra de uno de sus oponentes, haciéndole saber que no había sido de su agrado que al momento de saludar a los candidatos presentes el único que no le devolvió el saludo fue el candidato Guillermo Lasso del que se refirió como “muchachito malcriado”, mientras lo señalaba con el dedo índice.
La soberbia es la raíz de la maldad y era un claro ejemplo de lo que se veía venir para lo que restaba del debate.
El tiempo transcurría y el ambiente se sentía tan tenso que podía cortarse con un cuchillo.
El segundo candidato en presentarse fue Gustavo Larrea, seguido de Carlos Sagnay luego Giovanni Andrade; Andrés Arauz no hizo acto de presencia, a lo que el presentador aclaró que el equipo del presidenciable aceptó participar del debate, pero, previo a la realización del mismo, el medio de comunicación recibió un comunicado en donde desistía ser parte de la contienda, razón por la cual se convirtió en el gran ausente de la noche, cediendo el cupo usado por Paúl Carrasco.
La sala se ilumina con la elegancia de quien es la única mujer postulada para el cargo de Presidente de la República, cuyo nombre es Ximena Peña para culminar con el ya conocido político Guillermo Lasso que cierra la presentación de los candidatos haciendo un peculiar comentario catalogando de ridícula una propuesta de uno de los presidenciables que sostiene que “se extraerá oro de los celulares”, mofándose mientras era silenciado su micrófono por haberse agotado el tiempo de su participación.
Luego de esta breve presentación de los candidatos llegó el momento que todos esperaban… “el debate”.
Para sorpresa de muchos lo que se presenció no necesariamente fue considerado un debate como tal.
Cada uno de los aspirantes debían responder una serie de interrogantes, iniciando con la pregunta: “¿Cuál es la propuesta de los candidatos para enfrentar los graves problemas económicos que tiene nuestro país?”, formuló la presentadora.
El orden para responder había cambiado, esta vez era Guillermo Lasso quien debía iniciar, dando una respuesta que no llenó las expectativas de varios de sus seguidores.
La segunda en responder era Ximena Peña y así sucesivamente cada uno de los presidenciables daban a conocer su propuesta.
Conforme transcurre el tiempo los postulantes exponen sus promesas, sin que exista alguna que no se haya escuchado en los procesos electorales anteriores.
Prometieron “casa, dama y chocolate”, para el pueblo sin llegar a generar impresiones positivas a más de un ciudadano.
La vida es una montaña rusa, el futuro de los ecuatorianos está en una cuerda floja y después de lo expuesto esa noche por los candidatos, no existe quien “saque la cara” para darle al país días mejores.
En un abrir y cerrar de ojos y con tanta palabrería aquella jornada llegó a su fin.
Antes de finalizar el debate cada candidato tiene un tiempo límite para pronunciarse y dar un mensaje cualquiera para convencer a los ciudadanos y así lograr ganar votos.
Luego del evento se realizó una rueda de prensa a la cual no todos acudieron.
En redes sociales los famosos “memes” no se hicieron esperar y la gran mayoría de los ecuatorianos que utilizan estas plataformas digitales expresaban su descontento por aquel evento.
En la red social Twitter varios usuarios se pronunciaron y posteaban frases atacando a varios de los candidatos, otros se prestaban para la mofa, a tal punto que el hashtag “#DebatePresidencial2021” se volvió tendencia entre buenos y malos comentarios.
Llegaba el domingo 10 de enero y con el traía la segunda ronda o lo que era la continuación del tan mencionado “debate presidencial” del que todos hablaban, pero ahora con otro grupo de candidatos.
Antes del primer debate las expectativas ante este suceso eran muy elevadas, pero, con lo decepcionante que fue el primero las ganas de los ciudadanos por ver este acontecimiento se las llevaba el viento.
Después de la bochornosa jornada que se presenció en el debate del día anterior, todo apuntaba a que el acontecimiento previsto para la noche del domingo sería igual o peor que del día pasado, puesto que la calidad de los candidatos que presentarían sus propuestas en esta contienda era considerado más bajo, teniendo en cuenta todo el show mediático del que han sido protagonistas la mayoría de los postulantes a la presidencia convirtiéndose en objeto de burla de una gran cantidad de personas que siguen de cerca lo que serán las elecciones presidenciales 2021.
El procedimiento de esta noche fue parecido al de la noche anterior, los candidatos llegaban respaldados por sus barras y acompañados de un pequeño staff hasta el sitio donde tenía lugar el evento.
Con un aforo reducido de personas en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y con las revisiones previas a los candidatos ya realizada, daba inicio a lo que fuera la continuación del “debate presidencial 2021”, con un formato parecido al de la noche anterior, se daba paso a la cordial bienvenida por parte de los moderadores seguido de la presentación de los postulantes junto a sus propuestas, pero sin la acogida que tuvo el primer debate por parte de los ciudadanos.
Todo marchaba con total normalidad, hasta que anunciaran que el presidenciable Yaku Pérez había desistido de ser partícipe de esta exposición a diferencia de Juan Fernando Velasco, Pedro Freile, Guillermo Celi, Xavier Hervas, César Montúfar, Gerson Almeida y el ex presidente Lucio Gutiérrez quienes ponían sobre la mesa sus razones para convertirse en el próximo Presidente del país.
Las propuestas eran muchas, dentro del ámbito económico, salud, seguridad, corrupción y más, pero hay algo que se debe tomar en cuenta y es que las palabras se las lleva el viento.
No obstante, existieron unas propuestas interesantes y otras que dejaban mucho que desear, al finalizar cada uno debía sustentar por qué quieren ser jefes del estado y hubo varias propuestas convincentes y hasta estrofas de canciones; como era de esperarse, no se escuchó un discurso contundente entre tantas promesas por cumplir.
Asimismo, los cibernautas no se hicieron esperar y buscaron el mínimo tropezón de uno de ellos para hacer leña del árbol caído.
Finaliza una segunda jornada de debate que deja mucho que desear y sin propuestas claras que puedan ayudar al Ecuador a crecer tanto política como económicamente.
En medio de tanta discordia y la lucha incansable de los candidatos por llegar al poder, los ecuatorianos quedan sin una gota de esperanza de que lleguen días mejores, pero serán ellos quienes tendrán en sus manos el poder de elegir al mejor candidato, o en tal caso al menos peor.
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