¡Amén contigo!

 950 Total de Visitas,  2 Visitas de Hoy

Por: Carlos Cedeño

Veo en mí a Cristo crucificado. El calvario de la cruz está en cada paso falso dado. Veo a Cristo en cada semáforo al migrante pidiendo limosna o limpiando jun parabrisas. No dejo de verlo crucificado en cada rostro con hambre y mi impavidez para saciar su necesidad. Pero hoy me cuesta ser indiferente, quiero redimirme con acciones que me perdonen el tiempo perdido.

Por todo a aquello quiero ver a Cristo resucitado en cada rostro emotivo, solidario, tendiendo la mano amiga al necesitado de cualquier estrato: pobre, medio o rico.

Dios, que la ceguera no nuble mis ojos y que mi corazón no se vuelva roca, porque confío en ti mi Jesús al que pido no me desampare y me dé el don de la fe.

Insisto, no quiero ver a Jesucristo crucificado en el llanto de un niño, ni en las lágrimas de una madre sacrificada o maltratada por el horror del machismo.

Señor no dejes, que la navaja filuda termine con la vida de inocentes. No dejes Jesús, que el odio y la avaricia se multiplique, porque no quiero verte eternamente crucificado, sino poderoso y liberado del odio atroz de los humanos con los que tu habitaste para salvarnos, aquellos que ni viendo creyeron en ti.

La tierra es tuya, mi vida y la de todos también. Elimina las fronteras, los partidos políticos y las religiones y danos el entendimiento que solo existe un solo Dios, Rey del Universo.
Gracias Dios por darme las ganas de volver a enamorarme y respetarte en cada mañana, en cada noche que aún me puedo acostar para despertar siempre contigo en cada Padre nuestro.

¡Siempre contigo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GIPHY App Key not set. Please check settings

Share this