¿QUIÉN DIJO MIEDO?
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Por Joel Cevallos
La locura, la audacia y lo extremo, son características que definen a un deportista de alta montaña, en este caso, los ciclistas, los mismos que en sus caballos de acero descienden por las faldas verdes y empinadas de una montaña, que se encuentran en la ciudad de Quito, en dirección sur norte de la ciudad.
El espacio que se necesita para la práctica de este deporte tan arriesgado y de total precisión, tiene que ser de gran magnitud, para estos deportistas si es necesario usar un cerro completo lo sabrán utilizar de la mejor manera posible, cubriendo cada centímetro, metro y kilómetros, rampas, peraltes, taludes, que se pueden construir o de la misa manera ser provistos y puestos en su camino por la madre naturaleza.
Para este deporte extremo y lleno de adrenalina, no solo se necesita de una bicicleta, implementos adecuados para este deporte, específicamente de protección, como lo es; el primero y más importante, el casco, ya que protege la cabeza de cualquier caída y evita varias contusiones grabes en el cerebro o en el cráneo, se necesita de guantes, rodilleras, gafas de protección visual, y no menos importante, ropa que sea cómoda y abrigada.
Las necesidades de los ciclistas de montaña son, la falta de espacios para poder entrenar, no en todos los cerros y montañas es permitido realizar estas actividades, ya que la mayoría de estos espacios adecuados para descender son propiedad privada, mas no pública, a excepción de los Parques Metropolitanos del sur y norte de la ciudad.
Otro de los inconvenientes que tienen estos deportistas es la inseguridad, ya que en los Parques Metropolitanos no existen guardias que estén rondando o vigilando por la zona, y como en todo lugar alejado de la sociedad se encuentran asechando como gavilanes a sus presas, los dueños de lo ajeno, los mismos que se dedican al hurto de cosas de valor, y las bicicletas que no son la excepción, ya que ascienden a un valor mayor a los tres mil dólares.
“El malestar y daño que causan los ladrones, no simplemente es un daño económico, sino un daño moral, porque se llevan una herramienta de entrenamiento, algo que más que un valor netamente económico, es un valor sentimental, estar encariñado de mi bicicleta es lo único que no me permite venderla”, así lo manifestó Byron Encalada, deportista de la zona sur.
Encalada es uno de los principales y mas destacados deportistas que representan a Quito, en competencias que son fuera de la ciudad, con una experiencia de más de 10 años en el deporte extremo, como si se tratara de un maestro de las bicicletas, ya que parte de su tiempo libre lo dedica a enseñar a los más pequeños, a los que recién están surgiendo en este deporte, como un ave, que aprende a volar gracias a un pequeño empujón.
John Molina es un joven de 17 años, talentoso en esta diciplina deportiva poco conocida, que, con tan solo 2 años de experiencia, ha logrado obtener un nivel de las categorías más altas, como lo son la élite y pro élite, un nivel que se logra obtener con mucho esfuerzo, sacrificios y varias horas de entrenamientos en las pistas más técnicas, rápidas y peligrosas, que se encuentran en la ciudad de Quito.
“El ser preciso, ágil, y tener buenos reflejos es lo más importante en este hermoso deporte, el cual me ha robado miles de sonrisas, lágrimas y tiempo de mi vida, pero ese tiempo no es en vano ya que actualmente soy uno de los pilotos de Down Hill más rápidos de la ciudad, cuento con el auspicio de dos talleres mecánicos, uno dentro y fuera de la ciudad, específicamente en la ciudad de Cuenca, así lo aseguró mientras miraba fijamente su casco”.
“Mi mayor anhelo es ser uno de los mejores deportistas de Down Hill, claro que en Ecuador no existe el apoyo necesario para poder contar con el auspicio de la comisión de ciclismo de montaña de Pichincha, ya que el Down Hill es una rama del ciclismo que no está totalmente avalado por las personas de la comisión, y por lo mismo actualmente no existe apoyo total al deporte que tanto me llena de pasión”, así lo afirmó Donoso.
Donoso es uno de los deportistas que lleva mas de 3 años practicado y entrenando para se mejor cada día, él se dedica a entrenar lo días sábados y domingos, que son los días que tiene más tiempo libre, el joven se dedica a la venta y reparación de repuestos de bicicletas específicamente de montañeras y de ruta, el cual, es un trabajo familiar, el propietario es su padre, quien le enseño a reparar todo tipo de bicicletas.
Gabriela Recalde, una de las pocas mujeres ciclistas de la modalidad Down Hill, con tan solo 16 años de edad y apenas 5 meses de practicar ciclismo de montaña, es una de las mejores deportistas de la ciudad, tiene un gran talento para el ciclismo y es algo inusual que no se puede ver todos los días, y no es solo eso, también practica bicicrós, otra modalidad fuerte del ciclismo, no cabe duda, que la llama que late en su pecho por el ciclismo es muy real.
No cabe ninguna duda que estos intrépidos deportistas de alta montaña están enamorados de las dos ruedas, que les lleva al borde de la felicidad, no se necesita de mucho tiempo para darse cuenta que en ellos recorre el ciclismo por sus venas, a pesar de que no existan muchos espacios públicos para la practica de este deporte, o la inseguridad en las montañas sea alta, nada los detiene, son como el sol brillante que a pesar de las nubes no dejan de brillar en lo que mejor saben hacer, pedalear sobre sus caballos de acero.
“Son pocas las mujeres que practicamos un deporte extremo, por el mismo motivo que no tienen apoyo de sus padres, familiares o parejas sentimentales, es algo que me apena mucho, porque cuando yo estoy en mi bicicleta me siento libre, dejo el estrés de las clases y de pasar encerrada en la casa, soy otra persona que no piensa en nada más que en aprovechar cada minuto, cada segundo, ya que no se van a volver a repetir”, relató Recalde con una hermosa sonrisa en su rostro.
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