Hogar dulce hogar
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Por Roberth Panta
Debido a la actualidad del país, para muchas personas en Ecuador la casa se ha convertido en el lugar para realizar las acciones de la vida cotidiana.
Ecuador es el séptimo de los países de Latinoamérica más golpeados por la pandemia ocasionada por el coronavirus, los hogares dejaron de ser solo para dormir, comer o protegerse, pues las labores del día a día como trabajar o educarse pasaron a tener lugar dentro de ésta área.
En consecuencia, sus habitantes fueron obligados a dejar sus puestos de trabajo en las oficinas para realizar sus labores desde la comodidad de su hogar, así mismo, los estudiantes dejaron las aulas de clases para recibir las cátedras desde sus casas mediante las distintas plataformas como zoom, Microsoft teams, entre otros.
Según el artículo publicado por el Instituto Jubones en Ecuador existen aproximadamente más de 15.300 personas tele trabajando, mientras que más de 4 millones de jóvenes reciben tele educación.
Los aspectos tanto negativos como positivos se han visto cuestionados durante todo el tiempo que esta modalidad se ha estado empleando, los distintos puntos de vista como el de profesores y estudiantes que son los que abarcan trabajo y estudio en todo su contexto, se han podido escuchar dentro de este periodo de tiempo.
Declaraciones negativas.
Existen casos de referencia negativa sobre la educación virtual, como la de Felipe Chang sub director de la Unidad Educativa Fiscal 26 de Junio, ubicada a los costados de su escuela vecina, la Unidad Educativa Fiscal Paquisha, en la vía interbarrial de Manta, y Pedro Cedeño, Director de la Unidad Educativa Particular Eugenio Espejo, ubicado en el reconocido barrio de “La pradera”, sede de uno de los campeonatos barriales con mayor complejidad de la ciudad.
“La educación virtual es un problema para nosotros”, confesó con naturalidad Felipe Chang sub director de la Unidad Educativa Fiscal 26 de Junio tras exponer la realidad de muchas de las instituciones educativas que como la suya presenta retos complicados por superar, ya que, deben hacer cumplir a los alumnos a tal punto de tener que ir en busca del estudiante si este llegara a faltar a una sesión programada de clases.
Por otro lado, también supo añadir que, “…aunque los demás maestros siguen dando las clases desde sus hogares”, él ya se vio obligado a regresar a la institución bajo los horarios normales, en los cuales planifica las actividades de la semana.
“La modalidad virtual es complicada, algunos de nuestros estudiantes aún no terminan de adaptarse, lo que genera desafíos extras para los docentes”, afirmó Pedro con tono frustrado al referirse al manejo de la educación virtual dentro de su institución.
Ambos coinciden en el aspecto “situaciones”, asegurando que es este el aspecto negativo con mayor fuerza dentro de este proceso, pues las situaciones que se presenta antes y durante la educación virtual juegan el rol más importante, cosas como la pérdida de luz o una conexión estable a internet interfiere a la hora tanto de enseñar como de aprender.
Declaraciones positivas.
Las nuevas generaciones son en su mayoría amantes de la tecnología, lo que genera que su manejo y conocimiento sobre ésta sea mayor a la de generaciones antiguas, lo que crea un ambiente compatible para aprender mediante las herramientas tecnológicas que actualmente se utilizan.
Angy Salvatierra es una estudiante de la Unidad Educativa Fiscal “5 de Junio”, cuya experiencia con las clases virtuales son un cambio positivo al asegurar:
“Tengo más tiempo para ayudar en mi casa y pasar tiempo con mi familia”.
Además, de generar un ahorro dentro de los gastos internos familiares pues no gasta en movilización hasta el plantel, tomando en cuenta que vive con sus otros dos hermanos que también estudian y su mamá.
Ángel Cali, estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, afirma que, “Las clases virtuales me ayudan pues tengo más tiempo libre para hacer otras actividades sin descuidar los estudios”.
Ángel, quien vive en Tierra Santa, barrio ubicado en la ciudad de Manta, cuyas calles sin pavimentar, polvorientas más los fuertes vientos que se experimentan por el cambio de clima, presentaban un desafío para el estudiante al levantarse a las 5 de la mañana para coger el bus que lo acercará a la universidad.
Regreso a clases presenciales.
Como es de conocimiento público, en el ecuador 1.301 instituciones educativas a nivel nacional regresarán a las aulas de clases este Lunes 7 de junio de 2021, esto, luego de que el COE nacional aprobara los parámetros requeridos para este nuevo paso a la normalidad.
Ningún estudiante está obligado a retornar de manera presencial, ya que es decisión netamente de los padres de familia, esto genera un problema para las instituciones pues debido al regreso progresivo y voluntario a las aulas de clases, las instituciones deberán generar planes para cumplir con todos aquellos estudiantes que decidan no regresar a la presencialidad, a la vez que satisfacen las necesidades de conocimiento de los pocos que ocupen sus salones.
Aunque ayudaría a recuperar cierta parte del país que tuvo afectaciones graves como es el sector comercial, ya que una gran variedad de productos como alimenticios en el caso de los panes o alimentos de consumo rápido, así como a la venta de uniformes se vieron afectados debido a la no presencialidad, el retorno a las clases aportaría a paso de tortuga a las pérdidas generadas durante este período de pandemia.
Así, como el país trata de recuperar de a poco su normalidad tratando de buscar el bien para el equilibrio monetario que provoque la reducción progresiva de las pérdidas que son una realidad, las nuevas tendencias obligadas y las que siguen emergiendo servirán como apoyo para implementar mejoras dentro de los sistemas antiguos tanto de estudio como trabajo.
Es posible evidenciar como en cuestión de segundos el mundo se vio obligado a generar cambios drásticos, pero lo mejor de todo es que el ser humano demostró que puede aprovechar esos cambios, una pausa para la vida, para llevar redirigir nuestros pensamientos y recordando que lo mejor está en las cosas pequeñas y que nuestro refugio puede tener múltiples funciones que van desde tu propia oficina, hasta el salón de clases de los niños ecuatorianos.
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