EN LA CUERDA FLOJA

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Por: Heidy Pincay

El comercio informal, surge en los diferentes puntos de la ciudad, con gritos en diferentes tonos, se puede escuchar la voz de los comerciantes ofreciendo sus productos caminando por las calles mientras recorren largos tramos con pocos resultados.

Cte. Ambulante
Fran García.

“Es triste, pero a quienes más incomodamos son a los mismos compañeros comerciantes”, lamentó Fran García de 33 años de edad, un vendedor ambulante de la zona del Nuevo Tarqui, quien cargaba entre sus manos una serpentina de cables y en sus hombros una mochila de artículos electrónicos como; pilas, cargadores y controles.

El comercio informal en la Ciudad de Manta es constante y dinámico, también forma parte del PBI (Producto Interno Bruto), pero que no es regulado ni controlado, por lo que existe una ordenanza municipal, donde se sanciona, prohíbe y restringe este tipo de actividad en cualquier zona comercial de la ciudad.

Jfe. Optvo de control
Gabriel Rodríguez.

El Jefe operativo de control territorial de Manta, Gabriel Rodríguez aclaró sobre la obligación de ejercer con su labor, mostrando un semblante riguroso, debido a que tienen la parte más difícil. El comerciante informal no está autorizado para deambular en las calles, y si no cumple con las normas, proceden a decomisar sus productos, como parte de su trabajo que ejecutan con las demás dependencias del Municipio.

Competencia. –

Esta articulación que existe es competencia del Municipio, el Departamento de Mercado y Espacios Públicos es el encargado de generar este tipo de permisos, donde el vendedor elabora todo el trámite pertinente, pagando impuestos y se le trasfiere la libre movilidad para que puedan vender y ofertar los productos.

Muchas veces le toca respirar, tener paciencia y seguir ofreciendo los productos a sus clientes, a pesar de no contar como comerciante del mercado, la necesidad es tan grande, que lo lleva a laborar de esta manera, aseveró García, quien mostró en su rostro tristeza y nostalgia por la imposibilidad de aún no recaudar lo necesario para colocarse un local, por esta razón hace rutas comerciales en Manta, Portoviejo y Santa Ana.

Para Gabriel Rodríguez una ayuda que hacen con el comercio informal, es darle la oportunidad de vender sus productos en vías transversales y no en las regeneradas, porque aquella actividad está prohibida por el comercio formal existente, alegando quejas de los demás comerciantes de la zona siendo constantes por el alto precio que pagan de impuestos debido a la plusvalía que forma parte de toda la regeneración urbana.

Insp. Cntrl Territorial
Jonathan Anchundia.

Impuestos. – 

“El comercio formal paga su tasa anual de impuesto, pero los informales no lo hacen, ese es el mayor detalle”, ratificó Jonathan Anchundia, Inspector de Control Territorial, con una postura de firmeza y dureza. Ante estas circunstancias, también exaltó que la manipulación de alimentos en muchas ocasiones la realizan de manera inadecuada, ya que los compradores lo visualizan de una forma desagradable y repulsiva.

Tanto Gabriel Rodríguez y Jonathan Anchundia concuerdan que el mayor problema, es la resistencia que existe por parte de los vendedores ambulantes, concurriendo en la mayoría de los casos insultos, golpes y hasta peleas fuertes, por lo que pueden ser sancionados con horas de cárcel o actividades comunitarias.

“Ellos pueden vender sus productos, pero muchas veces se ve mal que sean exigentes con los clientes, sé que no son todos, pero cuando es no, deberían de respetar, al no ser así, sería acoso”, aseguró Bryan Sabando un joven esbelto de 24 años, mientras contestaba una llamada telefónica en uno de los módulos de Nuevo Tarqui.

Para el psicólogo Hernán Vásquez, este comportamiento humano es muy común, se da por las pocas oportunidades laborales y profesionales de quien la desarrolla, viéndose con la tarea de realizar comercio informal, dedujo Vásquez, que el problema es cuando existe el acoso o manipulación por parte del comerciante hacía de uno de sus clientes.

Ventas. –

Psic.
Hernán Vásquez.

Cuando los vendedores se sienten ofendidos, ponen resistencia y es allí donde se enfrenta verbalmente con los Inspectores del control territorial, presentando conductas no adecuadas, para no salir de su zona de confort, pero también existe el abuso de poder, evidenciando un tema amplio y contradictorio, aseveró Vásquez, mientras que en su mirada reflejaba solidez y pesadumbre por las pocas oportunidades laborales que existen en el Ecuador, mientras el reloj de su oficina marcaba el medio día.

Fran García es consciente de la disputa que existe siempre entre la autoridad y ellos, pero asume la responsabilidad en irse porque sabe que no paga impuestos o comisiones, también lamentó en lo tedioso que es escuchar el acoso que sufren los clientes por parte de algunos compañeros de labores.

Quienes laboran de forma de ambulante se sienten afligidos al percibir el rostro de sus clientes cuando quieren mostrar el producto y en muchas ocasiones son mal visto, Ironizó con sarcasmo Fran García, mostrando un semblante repleto de pesadumbre y aflicción, mientras un grupo de jóvenes se acercaba a preguntar por el valor de un cable DHMI.

Según Gabriel Rodríguez el Municipio, en la actualidad emitió una nueva ordenanza donde se puede realizar esta labor de ofertar productos sin tener un espacio físico por ciertas horas, siempre y cuando paguen un valor adquisitivo para poder ocupar ese espacio de rotación, lo que le parece mal para Fran García ya que ellos no cuentan con servicios básicos como baños, agua o luz, eso sería un gasto adicional, visto que, a duras penas les alcanza para el sustento del hogar.

Jonathan Anchundia también comparte con Fran García, ya que le parece mal ejecutada esa ordenanza, porque afectará a todos los comerciantes informales. Sobre todo, cuando el Control Territorial tiene el derecho de trabajar consistentemente, haciendo llamado de atención, incautación y retiración de productos, lamentó Anchundia, con una preocupación y zozobra, por la desacertada ordenanza que ya está en ejecución dentro de todo el casco comercial de la ciudad.

Todos estos problemas existirán y serán coyunturales, mientras no se logre tener un acuerdo mutuo que ayude a mitigar el mayor problema, sobre el desempleo y la prohibición de las libres de ventas sin perjudicar o dañar el resto del mercado, pero mientras esto suceda, Fran García seguirá rotando por todo Manabí, vendiendo sus productos para llevar una capital para sustentar su hogar.

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