El show continúa

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Por: Cristian Gallardo Pacheco

 

Durante muchos años el arte se ha considerado parte importante para el entretenimiento de la sociedad.

Música, danza, teatro, pintura, son algunas ramas del arte con mayor aceptación entre los colectivos porque poseen un singular don de despertar la creatividad que muchas personas llevan dentro, además, ayuda a desarrollar habilidades únicas y disciplinarias en sus adeptos.

A pesar de que el arte tiene muchas cualidades que benefician a sus practicantes aún existe un grado de desvalorización hacia esta.

Los artistas tienen el alma llena de sentimiento y el corazón rebosante de alegría, son versátiles, dueños de un carisma enloquecedor, viven al máximo y con sus emociones a flor de piel, son apasionados, los límites no existen para ellos, pero… ¿se les está dando la importancia que merecen?

Al mirar al protagonista de la pintura “El grito” de Edvard Munh, se puede tener una idea más clara de la desesperación que sienten aquellos artistas que día a día luchan por una equidad en el ámbito laboral.

Y es que para ellos esta lucha constante por sentirse valorados como verdaderos profesionales ha sido como aquella interpretación de John Cage titulada “4’33”, un silencio lleno de significados.

Carmen Jiménez, guapa cantante nacida en Manta, muestra su espontaneidad al caminar contorneándose cual gacela, con su cabello tinturado color rosa y las esmeraldas de sus ojos que brillan con el resplandor del sol se dirige hacia el salón principal de “La Sala MAC”, lugar en donde deleitará a los presentes con su melodiosa voz y expondrá su belleza de muñeca realzada con su forma tan peculiar de vestir.

Carmen se detiene para revisar su elegante bolso y mientras hurga entre sus pertenencias, accede muy amable a responder unas preguntas.

Es una conversación muy amena, pero al ser cuestionada sobre la realidad que han tenido que vivir los gestores del arte durante los últimos años y resaltando que se está atravesando una pandemia, su rostro cambia por completo.

La pandemia y el confinamiento han afectado de manera especial al sector artístico y cultural en todo el mundo y a Ecuador, esta bella artista lo corrobora y testifica que “esta pandemia nos atacado pésimo a los artistas, puesto que el COE cantonal se ha olvidado de que también somos personas con necesidades por cubrir”, precisa colocando sus manos en la cintura.

Además, aprovecha la ocasión para protestar que “no ha habido facilidad en entidades bancarias y casas comerciales que digan ¡ah, usted es músico!, usted accede a un descuento o se ha creado alguna ley de refinanciamiento de deudas”, quejándose de la poca atención que han recibido tanto ella como sus colegas artistas.

No se puede dejar pasar por alto la luz con la que brilla Carmen, pero aquella luz se ha visto opacada por la situación que ha experimentado en estos difíciles momentos en donde prima una gran incertidumbre, sin embargo, no se ha dejado vencer pese a tantos obstáculos.

Esta hermosa mujer de labios como fruta fresca atestigua haber tenido que emprender en un ámbito totalmente desconocido para ella, pero pese a esto las ganas de salir adelante son más fuertes que aquellas puertas que se han cerrado y que no le permiten endulzar el oído de quienes escuchan su melodiosa voz.

La vida profesional de los artistas ha sido un camino lleno de baches a lo largo de la historia y en esta pandemia han tenido que hacer malabares para no dejarse morir de hambre.

En este mismo sitio, pero un poco alejada de la multitud, se encuentra sentada en un sofá color verde aceituna Josselyn Moreira, bella dama de piel canela y mejillas encendidas como rosas con rocío bajo el sol.

Josselyn tiene 5 años como bailarina; con las ilusiones rotas y la voz entrecortada revela que con la llegada de la pandemia la danza se paralizó, confiesa haber tenido que cerrar su academia por falta de ingresos, además, la joven reconoce que junto a su madre se ha dedicado a la venta de encebollados durante algunos fines de semana para poder llevar el pan a la mesa, pese a esto, lo que recaudan no es suficiente para solventar los gastos del hogar.

Esta expresiva joven de largas e infinitas piernas hace un llamado de atención a las autoridades pertinentes, incitándolos a que “velen por el bienestar de aquellos artistas que sus ingresos económicos provienen de los shows que realizan y que por motivos de la pandemia se han quedado sin laborar”, protesta mientras acomoda su zarcillo color plata.

Al final de las escaleras que conducen hacia el teatro principal de “La Sala MAC», se puede observar frente al espejo a una simpática dama llamada Melissa Macías quien apuradamente peina su cabello de oro y se maquilla para brindar un show navideño.

Melissa que cuenta con una trayectoria de 20 años en el ámbito musical, atesta que viene de una familia de músicos y reconoce que el arte en general se ha visto golpeado por este terrible virus que acecha al mundo entero.

Para ella y su familia la música es la principal fuente de ingresos, sin embargo, reconoce que “no ha sido nada fácil atravesar por momentos tan difíciles, porque la música representa una ganancia mensual con la cual se puede cubrir los gastos del hogar. Poniendo en consideración el tema de que en la actualidad no hay eventos, se torna todo muy complicado, es una situación que como medio artístico hay que reinventarse para mejorar la economía de cada uno”, lamenta mientras acomoda su ondulada cabellera.

Acerca de la virtualidad y de los eventos que se han realizado a través de plataformas digitales, la profesional de la música aclara que “si bien es cierto, la virtualidad ha ayudado en cierta forma a realizar eventos, pero las ganancias son menores que las que se tienen en un evento presencial, todo ha bajado incluyendo el costo de producción y equipamiento, pero aun así no es suficiente, todo el personal se ha tenido que acomodar a lo que hay”, revela Melissa guardando sus pertenencias avanzando al escenario.

Para Fernando Cargua, cantante y productor de eventos, la pandemia por el COVID-19 ha sido una de las etapas más difíciles que le ha tocado vivir en su vida profesional, porque buscar trabajo es como buscar una aguja en un pajar.

“La pandemia no solo nos ha afectado personalmente, sino también profesionalmente; los eventos son escasos, pero hemos sabido surgir de una u otra manera. Es cierto que esta situación golpeó fuerte a muchas familias, pero no es momento de quedarnos de brazos cruzados, debemos agradecer quienes aún tenemos salud y poseemos los recursos para solventar los gastos de nuestros hogares”, precisa sosteniendo el micrófono.

Con una amplia sonrisa mostrando las perlas en su boca, Cargua resalta que “la pandemia nos vino a dar una lección de humanidad y eso es lo que debemos rescatar, porque antes no nos preocupábamos tanto por el prójimo como lo hacemos ahora”, mantiene el cantautor con optimismo en la mirada.

Cargua se desempeña como cantante desde el año 2002 y enfatiza que a lo largo de todos estos años los artistas han sido desvalorizados por la sociedad, generando así los problemas económicos por los que ellos están atraviesan.

El cielo es el límite, por tal razón Fernando recomienda al gremio artístico a que “empiecen a realizar eventos innovadores y que no caigan en lo ordinario, porque esto es lo que hará que su trabajo sea reconocido”.

El artista concluye citando una frase conocida de Eric Thomas que sostiene que “cuando la necesidad de éxito es tanta como la necesidad de respirar, entonces serás exitoso”, marchándose lleno de esperanzas.

Todos estos artistas se habían dado cita a un evento con motivo de celebrar la navidad, el cual tenía lugar en “La Sala MAC”, uniendo sus voces al ritmo de la canción “We are the world”, transmitiendo un mensaje lleno de superación a los presentes, sin embargo, la ausencia de público en la sala era evidente.

Reinventarse

La esencia de la vida es alcanzar el éxito pese a las adversidades que se encuentren, por tal razón los artistas han tenido que reinventarse e incluso salir de su zona de confort para no quedarse estancados en aquel agujero oscuro en el que se van enterrando sus sueños.

Joseph Mancilla es claro ejemplo de que para llegar a la meta se puede cambiar de planes, pero no de objetivo.

Este joven tiene 10 años en el ámbito artístico, años en los cuales ha saboreado las verdes y maduras, pero sigue en pie de lucha.

Antes de que empiece la pandemia Joseph laboraba como profesor de danza de un reconocido colegio de Manta, pero luego de que se declarara confinamiento a nivel nacional y que las clases migraran a la virtualidad, las autoridades del plantel lo despidieron alegando que no necesitarían de sus servicios por la nueva modalidad de estudio.

Al enterarse de esta noticia entró en un mar de lágrimas y se encerró en una burbuja depresiva que hizo que adelgazara varios kilos. La preocupación invadió su mente y optó por adentrarse en un mundo que no le pertenecía.

Tras varias semanas decidió incursionar en la fotografía, profesión que actualmente ejerce y que se ha convertido en la fuente de ingreso para solventar sus gastos.

Joseph confiesa que la travesía ha sido complicada, pero las ganas de salir adelante son mayores, además sugiere que “siempre hay que tener un as bajo la manga porque nunca se sabe lo que depara el futuro”, sostiene colocándose la mascarilla y aprovecha para que invitar a las personas a que admiren su trabajo como fotógrafo.

Realidades distintas

Paúl y Valeny es una pareja de esposos que se dedican a la animación infantil y actualmente están buscando su título profesional en la carrera de Artes.

Para ellos la pandemia les abrió muchas puertas en el ámbito artístico y aunque no ha sido fácil han tenido que reinventarse para poder estar en contacto con su público.

La música no cura una pandemia, pero cura el alma, respecto a esto Valeny afianza que “los artistas somos quienes hemos logrado que este confinamiento tenga algo especial, porque brindamos alegría a las personas y creamos una forma de distracción”, asevera sonriendo.

Con respecto a la cancelación de los shows que tenían programados Paúl atestigua que “unos se postergaron y otros se realizaron de forma virtual”, musita tocando su nariz.

Esta pandemia hizo que muchas personas emprendan en distintas áreas y esta pareja es un claro ejemplo de eso.

A pesar de no padecer de algún problema económico decidieron crear una innovadora línea de retratos personalizados que ofrecen al público.

Basándose en su creatividad y en los conocimientos que han adquirido en la universidad, han podido lanzar al mercado este singular producto, el cual además de ser una vía de distracción entre tantos problemas ha servido para tener un ingreso extra.

El arte es aquella vela que se enciende cuando todo oscurece, un artista es el arcoíris que adorna con sus colores aquellos días grises, por tal razón las sociedades tienen una deuda con este sector, porque de no existir el arte los individuos vivieran con una pena enorme dentro de sí.

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