¿‘CAPRICHOSES’ O NO?
416 Total de Visitas, 4 Visitas de Hoy
Por: Enarosy Mendoza
El lenguaje inclusivo, es uno de los temas más hablados y problemáticos de la actualidad; por un lado, están los que lo aceptan y por otro los que difieren. Muchos no conocen el ‘por qué’ o ‘cómo’ surgió. Para empezar, es cierto que existe la masculinización gramatical, lo cual, no es más que generalizar a un grupo de personas con términos de lenguaje que son masculinos, sin importar si haya o no mujeres dentro de esa agrupación, por ejemplo: ‘‘los estudiantes’’, siendo esto una referencia general y no ‘‘las estudiantes’’, porque se consideraría destinado sólo para un grupo femenino.
Evelyn Cruzatty, docente, amante de la literatura y el lenguaje, coincide con lo que determina Concepción Company, una mujer la cual es experta en el lenguaje y que discrepa totalmente con la creencia de que la lengua tiene género, considerándolo ‘‘una tontería, y que la igualdad de esta, no tiene nada que ver cambiándole el sentido a la gramática’’. ‘‘En la actualidad, se podría decir que los humanos somos susceptibles a lo que pasa a nuestro alrededor, como las ‘modas’; estoy de acuerdo con que luchemos con los derechos de inclusión social, pero una cosa es incluir y otra querer cambiar abruptamente nuestro lenguaje’’, satirizó la seguidora de Company sin pelos en la lengua, mientras daba leves golpes sobre la mesa.
Lenin Palma, comunicador, quien trabaja en el medio ‘Eclipse Digital’, detalla que él no utiliza este tipo de dialecto, sino más bien respetaría. ‘‘La vida periodística me ha enseñado poco a poco a que siempre se debe estar a la expectativa de aprender y saber más, así mismo respetar a quienes deciden si utilizar el lenguaje no sexista o nn’’, vocifera amablemente con movimiento de manos denotando la inspiración y respeto que tiene al hablar del tema.
Ahora es cuando se pone en duda lo siguiente… ¿es solo la inclusión de la mujer en un mundo patriarcal el único fin de esta nueva forma de comunicarse? Pues, la UNESCO hace más de dos décadas, dio como sugerencia la inclusión general, por ejemplo: decir ‘‘las niñas y los niños’’, en lugar de apelar al masculino genérico; sin embargo, ese no es el problema, ya que, si solo se plantea términos femeninos y masculinos, las personas que no se sienten representadas con ninguna identidad clásica de género, se pueden sentir excluidos, entre ellas: las personas no binaries, género neutro o fluido.
Por tal razón, el lenguaje inclusivo se dio a luz, como una forma de democratización lingüística; en un principio se colocaba el ‘arroba’ (tod@s, niñ@s…), luego la ‘equis’ (todxs, niñxs…), pero estas no podían ser usados porque prácticamente eran ilegibles, es por eso que apareció la ‘e’ (todes, niñes…).
Esta no cumplía con la no exclusión a ningún grupo social, reemplazando las letras de pronombres o adjetivos que le dan el género a las palabras, por la vocal ‘‘e’’; a excepción de las palabras que de por sí ya son neutras, que no se aceptan debido a su ajena relación con la morfología del español, como: ‘‘nene, estudiante, cantante…’’.
Según lo que redacta la guía de lenguaje inclusivo de la Asamblea no binarie, para mantener la coherencia dentro de un contexto u oración, los adjetivos y modificadores deben coincidir en género y número; es decir, si el sustantivo es ‘chicos’, pasaría a ser ‘chiques’; a diferencia de que si se usa para un objeto como ‘‘puerta’’, no cambia ya que no se refiere a ninguna identidad sexual.
El lenguaje no sexista o inclusivo está impactando con el mundo entero como tsunami arrasador, siendo los jóvenes, en su mayoría, quienes promueven el uso de este. Debido a eso, en muchos países se debate su utilización; como en Chile, en donde el Consejo Nacional de Cultura y las Artes publicó una guía del lenguaje inclusivo para eliminar los estereotipos; también en Francia y España en los cuales hay movimientos que apoyan este tipo de habla; asimismo, en México, Costa Rica, Argentina, entre otras organizaciones; sin embargo la Real Academia Española refuta contra esta y afirma que el masculino gramatical actúa como termino inclusivo.
Pero… ¿no fue la misma RAE quien hasta el 2017 definía a la mujer como ‘sexo débil’, o el término ‘fácil’, en donde esta misma era también definida de una mala manera, la cual, fue recién modificada en el 2018?
Es verdad que predominan más las organizaciones oficiales, como los centros educativos, que se rigen por las normativas lingüísticas de la RAE; sin embargo, la lengua siempre avanza y es independiente, por lo tanto, se considera que la Real Academia Española debe adaptarse a esos cambios.
La psicóloga clínica, Vanessa Ramírez confirma la existencia del conflicto social de este tema que considera ‘‘delicado de hablar’’, y que son los jóvenes en su mayoría quienes promueven este tipo de lenguaje con el fin de incluir, debido a la mentalidad abierta que los caracteriza. A su vez, la llegada de pacientes que prefieren tener de pronombre ‘‘elle’’, al no sentir que encajen en los de género clásico, como ‘‘él’’ y ‘‘ella’’; ‘‘negar que existe las identidades de género sería erróneo, pero tampoco se puede exigir a las personas a usar este tipo de lenguaje; más bien respetarlo’’, puntualiza la joven profesional sonriente, quien irradia sencillez tan dulce como el calor del abrazo de una madre.
Nathaly Moreira, estudiante de psicología y a su vez joven que forma parte de la comunidad LGBTQ+, afirma que el lenguaje no sexista se aplica más con el fin de no excluir de un contexto ni a hombres, ni a mujeres y tampoco a las personas que no se consideran ninguna de estas. ‘‘Yo soy una mujer bisexual. Con pronombre ‘ella’; y al igual que si un chico transgénero pida que se le llame ‘él’, aún a pesar de haber nacido mujer, pues lo haré. Lo mismo con quienes prefieran el lenguaje inclusivo’’, determinó con leve movimiento de manos y, con olas de firmeza y seriedad marcadas en su frente percibidas levemente a causa del objeto que le da sombra a su rostro.
Es por eso que se considera que los errores de hoy, pueden ser la norma de mañana, creando así un mundo de papel conformado por tachones y borrones bajo dibujos significantes los cuales no fueron más que el proceso de aquello. Tal como, el sentido de nuestra lengua actual, no es nada a como lo eran nuestros antepasados, los cuales tienen una historia muy antigua. Quedo claro que la inclusión de la mujer en la gramática patriarcal, no es solo el único fin del lenguaje inclusivo, sino también pensando en otros que no se sienten identificados con los géneros ‘‘comunes’’. No se obliga a una sociedad a utilizarlo, pero sí a respetarlo.
GIPHY App Key not set. Please check settings